Poemas

Oda para mi Madre

Yo buscaba tu falda para andar

mi cansancio,

y tus brazos en círculo para guardar

la espera,

cuando el sueño era sólo una palabra apenas

dibujada en los años

del agua y de la siembra.

 

Yo buscaba tu voz

para mi oído niño,

tu voz;

oro, mirra e incienso,

tu voz

que era el pesebre donde anclaba

mi noche,

antes de haber crecido desde el niño

hasta el hombre…

 

Hoy busco yo tus manos para calmar mi fiebre;

dolorido de tiempos,

las ausencias, me dejan

un sabor a nostalgia, a mosto avinagrado,

a un agua sin acequia…

 

Y sigo recorriendo las calles de mi tarde,

apretando, en mi mano,

¡la noche de tu ausencia!

 

Gustavo Córdoba-

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *