para Ana Petrillo
Cuando quieras ametrallar la noche
dirige el centro ocular de tu cámara
con firmeza… y comienza.
Hay quienes aprietan a la humanidad
de sus ojos sólo brota sangre.
Cuando quieras desahogarte
toma el capricho
que experimentes primero
y enfócalo hacia ti misma
pues es probable que al revelarlo
quede tu corazón expuesto ahí
y si estás conforme con la realidad
de aquel instante inesperado
verás que la mejor fotografía tomada
será esa que no soñaste nunca
…habrás fotografiado a Dios.
Raúl Pérez Arias-