sólo se oía el ruido del viento
y el caer de la lluvia…
¡El edificio estaba a oscuras!
Presencia humana
no había alguna.
Escuché sólo murmullos
de viejos estudiantes
de otros años.
Quizá creí oír
por la soledad del edificio
de carteles minados,
prometiendo cambios.
La desilusión y el silencio,
gritan allí adentro…
¡Todo está estático!
Ezequiel Cámara-