Es en su punto cardinal, donde recalan mis anhelos.
Bosques umbríos donde habita el color de sus ojos,
sus palabras esconden misterios
cuando dicen, de esa luna congelada
y su paraíso austral.
Me abismo en las páginas de su estar
donde mora, cuando lo envuelve
el silencio de su entorno.
Lo adivino deambulando lúdicamente
entre metáforas y ritmos, cuando un poema
lo atrapa entre sones y cadencias,
como lo hacen los pálidos y agónicos brillos
de sus cumbres azules como su alma,
como su entrañable apego al lar.
Victoria Asís-