Poemas

Sucede

Sucede que mi carne se deshoja

porque ella es desde antes mi enemiga.

Morir o envejecer. La tarde quieta,

la noche tan callada en mis mejillas,

me ocurren. Y me ocurre la penumbra

del corazón. De niña no sabía…

Me hablaban de muñecas de cristal,

de la importancia de las blancas cintas

en el cabello verde, o me llevaban

al cine. Me contaban las mentiras

que a ellas les dijeron, y yo, buena

y sana fui instalada en una esquina

del tiempo hasta que ahora, a la hora

de aquel reloj que marca el mediodía,

me digo, finalmente, que en mi rostro

el sol se puso ya. Cuán largo día…

 

Delfina Acosta-

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