Poemas

Soplaré y soplaré

No debería haberte dejado entrar. Pero me confié. Llamaste a la puerta con toques cadenciosos, como cantos de sirena, y yo, tonta de mí, no supe reconocerte tras ellos. Ahora ya es tarde, porque al abrir la puerta me atacaste sin piedad. Te abalanzaste sobre mí, envolviéndome en tu negra red. Me ataste de pies y manos, llenaste mi boca de reproches, que ahogaron mi voz, y echaste la llave, secuestrando mi alegría, mis ganas de vivir, mi ánimo, haciendo oídos sordos a mis ruegos.

Como lobo de cuento, soplaste y soplaste hasta derribar mi fortaleza. Tristeza, hoy he sucumbido a ti. Has hecho de mí lo que has querido. Pero ten presente que mañana será otro día y que no volveré a cometer el mismo error. A partir de ahora, si quieres que abra la puerta, tendrás que enseñarme antes la patita.

 

Ester Vallbona-

Comments

Responder a Ester Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *