¿Una eterna disputa por las sobras,
el residuo postrero, lo último que queda?
A mano desnuda, la mirada roja.
¿Es esto todo, es esto de verdad todo?
¿No hay más? ¿No hay nada más?
¿Para qué, entonces, en la piedra dura,
grabada a cincel, la promesa:
la rama que resistirá el fuego,
el unánime canto de los grillos,
el viento disipador de temores y cenizas?
Una vez anduve desnudo y descalzo.
Al menos eso creo.
¿Alguna vez anduve desnudo y descalzo?
¿Realmente anduve desnudo y descalzo?
¿O es un engaño, otro engaño más,
como un ungüento contra la muerte,
un himno ante un gran alud,
un sextante en medio del mar
bajo un cielo nocturno sin estrellas?
Roja la mirada, a mano desnuda.
¿Una eterna disputa por las sobras,
el residuo postrero, lo último que queda?
Carlos Barbarito-