Poemas

Desvestido

La noche, deseosa, apenumbrada,

te quitó sin pensar las zapatillas…

y -por sentirse blanca y alumbrada-

desnudó blancamente tus rodillas.

 

Luego -por diversión, sin decir nada-

la noche se llevó tu blusa larga

y te arrancó la falda ensimismada

como una cosa tímida y amarga.

 

Después te colocaste travesura:

desnudaste tus pechos por ternura

y -hablando de un amor vago, inconexo-

 

porque sí y porque no, a medio reproche,

desnudaste también, entre la noche

la noche pequeñita de tu sexo.

 

Jorge Debravo-

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *