“Una mujer desciende a la madrugada en el ascensor iluminado de un exclusivo edificio de la calle Santa Fe. Es joven; es bella y está muerta. Sobre esa imagen gira una de las mejores novelas policiales escritas en Argentina.
Convertida en literatura mundial; en el siglo XXI la novela policial ha puesto en cuestión el predominio del thriller a la norteamericana y ha flexibilizado sus procedimientos siguiendo la ruta de los temores sociales. La muerte baja en el ascensor se liga a ese nuevo espacio de lectura del género; afirma los clásicos presupuestos del relato de investigación y a la vez los renueva y los modifica. Perversa novela de costumbres; La muerte baja en el ascensor confirma que la literatura policial es la que mejor realiza la primordial “y despiadada” presunción de Homero: los dioses han enviado las desgracias a los mortales para que puedan contarlas”. Del prólogo de Ricardo Piglia (Fondo de Cultura Económica)