Como un Lázaro
envuelta en vahos cálidos
rasgada su mortaja de silencio
Pero más tarde habrá perdido toda su sonoridad
—en el ruido de las grandes ciudades
en la angustia de los puertos atravesados de promesas
y en el afán multicolor de los barcos dejados a prisa—
Mas su eco —hebra de seda suave—
atara el corazón al pensamiento
para establecer la corriente del recuerdo
Magda Portal-