Poemas

El intruso

Amor, la noche estaba trágica y sollozante

cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura;

luego, la puerta abierta sobre la sombra helante,

tu forma fue una mancha de luz y de blancura.

 

Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante;

bebieron en mi copa tus labios de frescura;

y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;

me encantó tu descaro y adoré tu locura.

 

¡Y hoy río si tú ríes, y canto si tú cantas;

y si duermes, duermo como un perro a tus plantas!

¡Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;

 

y tiemblo si tu mano toca la cerradura;

y bendigo la noche sollozante y oscura

que floreció en mi vida tu boca tempranera!

 

Delmira Agustini-

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