Poemas

El pecador

Pecó, mas es el pecador sereno

que sofoca el sollozo en la garganta,

y que a los labios, sin temblar, levanta

la rebosante copa de veneno.

 

Manchó su excelsa clámide en el cieno

del mal. Y al cabo de flaqueza tánta,

ningún remordimiento lo quebranta,

ni lo sonroja el parecer ajeno.

 

Lleva ocultas las lágrimas consigo,

y erguido lleva el corazón doliente

cual un pendón de reto enarbolado.

 

Y acepta la amargura del castigo,

con la misma altivez con que sonriente

probó todo el deleite del pecado.

 

Olavo Bilac-

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