Poemas

Duele que el mar

Duele que el mar, sitiado por la arena

renazca en cada aurora y cada espuma

y que la ausencia de la flor asuma

en nuevas rosas su verdad más plena.

 

Duele que el luto que la tarde estrena

resurja en cada sombra y cada bruma

y que, perenne, el llanto se resuma

en las resurrecciones de la pena.

 

Duele que el tiempo tome, sin medida,

a dar frescura al corazón inerte

de la naturaleza estremecida.

 

Duele que todo hacia la luz despierte,

menos la soledad de nuestra vida

que va a la sombra, al polvo y a la muerte.

 

David Moya Posas-

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