Poemas

Todos los días un poco

Llegas a mí en esta tarde

medito en silencio,

en este viejo sillón de madera crujiente.

Cierro mis ojos estás al llegar.

Con tu sonrisa de invierno fresca,

con tu mochila de sueños e incertidumbre.

Nuestras almas se funden,

como el fuego de un bosque en llamas.

Mírame, yo a tu lado…

me das tu corazón, te bajaré la luna.

Gracias te digo por

todos los días un poco más

 

Héctor Amado Montenegro-

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