El momento era perfecto. Un lago planchado, un bosque otoñal y los picos nevados de la Patagonia. El silbido de la caña surcando el silencio y el suave movimiento de la mosca al caer. Mi cuerpo en el agua y la sublime experiencia de ser uno con la naturaleza. La amnesia del tiempo y la calma.
Entonces …
La línea espantándose entre mis manos. El frenético salto de su plateada figura. La vida. La muerte. La lucha. La tensión.
Maldita trucha. Pescó mi momento.
Gustavo J. M. Roldán-