Poemas

La taza de café

Es la musa que anima a los poetas

que van al cafetín

de tarde en tarde.

Mientras hablan de versos y cometas,

la cafeína

en sus cerebros arde.

 

Allí Mendoza, Suárez,

Castrorrivas,

-fumadores, humosos, tabacales-

concentrando sus fuerzas volitivas

construyen mil cajitas musicales.

 

Y Dago, el escultor.

Los ensayistas.

También los aprendices de poeta.

Uno que otro pintor.

Los periodistas.

 

Todos beben café.

¡Su vitamina!

Sin pensar que al beber esa agua prieta,

¡beben amarga sangre campesina!

 

Ricardo Castrorrivas-

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