Poemas

Helada en su corona de deseo

Helada en su corona de deseo

quién la verá, perfume de otro día,

ramo de aire perdido, todavía.

Espacio, luz de amor, lengua de aseo.

 

Terrible, incomparable, alta la veo

quebrar la espuma insomne -alma mía-,

en su sabor hallando la alegría,

el sonido, su flor; la voz de Orfeo.

 

Dura en su nieve, en su adiós de la tierra,

qué ámbito iluminado o noche ciega

la espera. Dónde irá el viento, su día.

 

Qué mar, qué luna; qué espejo la cierra

desdichado. jQué río alto la riega

sin amargura y bebe su agonía!

 

Ricardo Molinari-

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