Es parte del entierro
estos brazos que por colgar pesan tanto,
esta voz que quedó muda
entre exilio y sin-razón,
estos zapatos que visten abismos.
Es parte del entierro
el lento dolor de la daga,
la sed en labios secos,
la hoguera que siempre espera.
Es parte del entierro
estas ganas de ser pájaro,
esqueleto inerte.
Gustavo Tisocco-