Disparos al aire;
balas fallidas. Inútiles.
Son signos de muerte,
son alivios del alma,
son nada.
La flecha, ancestro lejano,
es la prolongación
de un arquero.
La bala responde
a igual premisa.
La muerte responde
sólo detrás. Y espera.
Un click…
El último suspiro
exhala despedida.
Un disparo, un adiós.
Luis Camacho-