Una piedra
y todo el tiempo que fue.
Una cicatriz
de mineral e historia
testigo expectante
de los que partieron.
Ella acurrucada e inerte
me habla de otros tiempos,
dicen que fue carbón,
bala, casa y estatua.
Yo, mortal destino,
la acaricio
y me la quedo.
Gustavo Tisocco-
Pingback: 1 de febrero de 2012 : : Cronica Literaria