Poemas

Añoranza

Hubo tantas flores en aquella primavera

que ni un pájaro hizo por volar.

Hoy, se levantan las piedras en los caminos

para maltratar los pies al erguido caminante,

que a pesar del tango que le advierte:

“en la vida se cuidan los zapatos andando de rodillas”,

sigue erguido.

Y algunos se van para ser recuerdo

o arriero al que un mulo espantado

le llevó la carga,

un canto vendido a precio mayor

y los versos se esconden en una quebrada,

en imagen más triste que la de un bosque ardiente,

a pesar, de que la luz

es aún primaveral

y todavía este árbol, con ramas quebradas,

extiende su sombra en la pradera.

 

Miguel Crispín Sotomayor-

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