Te busco bajo la arboleda de hojas marchitas y ocres,
atravesada por certeras lanzas luminosas,
clavadas en el musgo de la tierra mojada
de tu mirada sombría.
Tierra mojada que oculta miles de vidas,
huellas de tiempos remotos,
desconocidas sombras
añoradas por nuestras almas,
que vagan por la savia de los troncos,
en las diminutas gotas del rocío
que resbala entre los delicados pétalos
de tus manos.
Entre las estalactitas de la fosca gruta,
como se deslizan tus lágrimas en torrente,
entre tus cabellos hasta puntear
el camino que me lleve
hasta tu corazón.
Te busco entre las fuertes raíces, ancladas
bajo los resplandores de la aurora boreal.
Te busco entre el frío granizo, golpeando
la dura roca de nuestras existencias agrietadas
por el paso del tiempo.
Te busco en el cielo añil
espejo de mi mar,
en tu mirada luminosa como la luz del faro
tendiendo tu mano en la mía,
para acariciar al unísono las cuerdas
vibrantes de la guitarra de nuestros anhelos,
suave como el deslizar de las aguas
en el arenal, trepidante cayendo desde la cima
y silenciosa como tu muda sonrisa.
Ma. Asunción Camps Jarque-