¡Oye! Quiero hablar contigo
y que este diálogo transite
por la abrupta senda de tu NO;
pero quiero en verdad hablarte
aunque el silencio me grite
que mi insensatez
no abre caminos de luz
a tu esperanza.
Pero quiero hablar contigo
y caminar sin sueño Nilus
de alborada ausente de rocío vital
para las plantas insospechadas,
de cálido rostro, de angustias ocultas
y de rosas que orgullosas
se sienten más bellas
cual pálido contraste
ante la exquisitez de nuestra flora.
Pero, quiero hablar contigo,
quiero decir que mi sueño inquieto
impide mi descanso,
que mi ágil estrella
pierde su luz sonora y su infinita calma,
que la lluvia ausente se precipita
y el cálido sol se ausenta tímido
ante el reencuentro de dos seres
que se procuran, capaces, vivos,
aunque clandestinos. Por eso…
¡quiero hablar contigo!
Aunque este silencioso amor
sea mi gran egoísmo.

Ezequiel Alvarez-