Crónica Literaria

Diario Cronica

Diseño y actualización:
Alberto Vargas

2001 - 2010
Comodoro Rivadavia
Chubut - Argentina

7 de abril de 2010

Beso

Beso de ayer, sin alas, débil rayo
de luz crepuscular,
carente de humedad, inepto ensayo
de joven que no sabe improvisar.

Beso de ayer, precoz, insatisfecho,
casi superficial, medio robado,
deslizando la mano sobre el pecho,
tembloroso, fugaz, precipitado.

Ese beso, ¿recuerdas?, parecía
epítome de todos los amores...
y no fue más que una figura fría
sin luz propia, tan sólo reflectores.

Pero hoy he de besarte
con la sabiduría de los años,
que trae destreza engalanada de arte,
con besos solitarios o en rebaños.

Con las ansias sacrílegas, brutales,
de que el César romano nos dio ejemplo
desflorando las vírgenes vestales
sobre el altar del templo.

Con la fuerza salvaje
de Gengis Kan y de sus hordas fieras,
poblando de desnudos el paisaje
entre pirámides de calaveras.

Será un beso tabú, jamás prohibido
a Faraón egipcio, a Inca peruano,
de perverso placer, distribuido
sobre la hermana amante del hermano.

Un beso desbordando la violencia
del vikingo al asalto a sangre y fuego;
beso sin ley, sin culpa, sin conciencia,
sin doblegarse a súplica ni a ruego.

He de besarte con la furia insana
del sacerdote azteca, que al cautivo
rasga el pecho con hoja de obsidiana
para extraerle el corazón aún vivo.

Mas si un beso quisieras tan ligero
como las alas de la mariposa,
como los blancos copos de febrero,
brisa de abril o pétalos de rosa;

un beso así lo encontrarás temblando
en mis labios también, siempre a la espera,
y en los tuyos caerá, apenas rozando
la húmeda piel de suavidad de cera.

Un beso con trasfondo de violines,
vaivén de olas azules, noche en calma,
aroma de jazmines,
doble caricia sobre cuerpo y alma.

Ven, y te besaré en la ambivalencia
de la agresividad y la ternura,
de la obsesión tenaz y la inocencia,
de la serenidad y la locura.

Beso de intensa dualidad completa
amasada de músculo y de idea,
beso que arrulla, satisface, inquieta,
parece destruirte, y te moldea.

Bésame tú también como te beso
desde nuestra experiencia de la vida,
con suavidad, con furia, con exceso,
con ese beso que jamás se olvida

Francisco Álvarez Hidalgo-