Los móviles

Las huellas que en el camino quedaron,
en un instante el cemento cubrió.
Y como un recorrido que nunca existió.
Las grandes armaduras de metal
tratarán de llegar al cielo.
Como en la niebla del pasado unas carpas
móviles se elevaron y con el viento flamearon.
Llevando al no muy letrado, la cultura de las máscaras
de cuentos sin fin, mostrando con risas, llanto y alegría
ese pueblo comprendía.
Que un juglar era todo un galán, el chaflán sólo quiere soñar.
Damita joven los envolvió con cara acongojada
ese mano solo quiere conquistar y engañar.
Y ese tablón con sus rostros transpirados,
de tantas horas y con mucha memoria elevando la historia.
De eso, ya nada queda pues TV, los llevó al olvido.
Ese enorme árbol sin raíces quedó, su sabia con
metamorfosis, caminando vista en lo alto.
Mucho ego lo que más creció, pues sus pares
un estímulo creo; ya el aplauso perdió todo su valor.
Rescate su nombre, como pronombre.
Todo común, como cultura y no basura...

Alfredo Videla Fonseca