Crónica Literaria

Diario Cronica

Diseño y actualización:
Alberto Vargas

2001 - 2010
Comodoro Rivadavia
Chubut - Argentina

21 de abril de 2010

Recuerdos

Hoy escuche la voz
del hombre que me lanzo
a ser mujer…
El no me hizo el amor
él sólo me enseñó a amar.
A amar con mente,
a amarme
a amar a los demás
a amar la vida
a ser mujer, a tener dignidad
a verme linda y que se note
a estar feliz, a leer
a escribir, a pensar
a valorarme, a sonreír…
El me enseñó qué es el amor
y él me provocó el estado
de ánimo más sabroso
que alguna vez saboree
con un beso que a sus pestañas robé.
El me enseñó a amarlo
tal como es, un hombre
de apariencia serena
y carácter fulminante
de apariencia segura y tranquila
pero con alma revolucionaria…
El me enseñó a admirar
a las personas y a verles los lados positivos.
El me enseñó a querer sentirme libre,
A decidir y opinar.
El me inventó como mujer nueva,
él me hizo su condescendiente principal.
Él me sacó de la jaula, él me enseñó a volar.
Él me enamoró y se enamoró
como adolescente, nos rozábamos
y llegábamos al clímax;
nos mirábamos y se nos
transformaba la mirada…
Ni hablar de los pocos abrazos
que nos dinos, eso sí fue sensacional;
ahora me doy cuenta, al escribir esto
lo importante que fue él en mi vida…
Si solo con escuchar su voz
enseguida nos reconocemos, nos saludamos
y nos mandamos un beso…
como viejos conocidos,
no hicieron falta nombres…
Qué habrá pasado por su mente?
A mi me pasó esto, recordé
al oír su voz, todo lo bueno
que me dejó lo que no pudo ser
por llegar tarde, por estar ya con otro,
por estar él con otra…
Por no esperar, por no dudar,
por aceptar el vino…
Llegamos tarde a nuestras vidas.
El me dejó el alma pulida,
brillante como un diamante.
Yo le dejé mi amor,
porque él fue mi gran amor…
Él me dio la vida y también la muerte
y luego se quedó con las dos,
jamás le reclamé, yo se las regalé…
Yo sé que importante también fui para él,
pero no sé si él sabe
lo importante que fue para mi.
Ahora sólo somos voces
que se reconocen por teléfono
aunque no den sus nombres.
Qué pasión! Qué amor!... Dónde fue?
O no se fue? Está oculto?
No… no lo creo, ya no siento
que me falta el aire cuando escucho su voz.

Marcel-