Crónica Literaria

Diario Cronica

Diseño y actualización:
Alberto Vargas

2001 - 2010
Comodoro Rivadavia
Chubut - Argentina

14 de julio de 2010

Amanecer

Ya el manto de la noche
empezaba a rasgarse,
ya apenas titilaban muy débiles
en el cielo
las Tres Marías y la Cruz del Sur.
Abajo, en el pueblo,
un coro de gallos contábale al alba,
se oía a los lejos a un perro ladrando.

Ya las nubes de oriente
cobraban los matices efímeros de la aurora…
Ya todo se insinuaba
en la gélida mañana de invierno.
En la cima del monte,
ara templar mi cuerpo
encendí algunos leños… y me quedé expectante.

Despuntaba un poema…
se hicieron visibles los contornos,
y allí, sobre el Atlántico,
tornáronse en el cielo los colores.
Al violáceo y morado
siguiéronle veloces el rojo y el naranja
cual juegos precursores
que anunciaban al Astro.

Y ya clareaba entonces,
Y en la vívida constancia de sus amaneceres
mostrose la indecible
belleza de mi tierra.
Las tiernas avecillas,
que entre los matorrales se movían alegres,
alistaron sus alas
y en un coro inarmónico saludaron al día.

Resplandeció el levante,
Tornose oro listado el firmamento,
y en la fría mañana colmáronse las ansias
en la dicha inefable del resplandor montero.
Mil rayos fugitivos
Descubrieron la nieve que allí,
sobre el oeste, recubría a los montes.

¡¡¡Cuán plácido era el sosiego
en la mañana aquella!
La población costera quedose adormecida,
el humo de mi fuego jugaba con la brisa,
y allí abajo, a los lejos,
algunas ovejillas, moviéndose muy lentas,
mordisqueaban las sampas.
Nada tenía prisa, todo se veía en calma,
era un día de paz,
era un domingo.

Aurelio Salesky Ulibarri-