Cuando la memoria
del barro se desborde
Por la memoria que viaja estrepitosa
desde las cimas vírgenes
en torrente inabarcable al entendimiento,
el indómito espíritu de la estirpe india
con tenacidad milenaria viene horadando
la roca madre
Perseverante, socava sus entrañas
comprometiendo la pétrea y natural esencia
con los sedimentos ceremoniales, colectivos
de los pueblos colectores de raíces y frutos
labriegos de las artes nómades y sus herencias
Hoy sus huellas son barro profanado
Versátil materia para los alfareros de esclavos.
Mano de obra barata mientras sirva
es el trabajo de sus manos hilanderas,
pescadoras, hortelanas…
Ya no hay lenguas talladoras de leyendas
en los arenales encendidos de fuego y luna.
De tanto nombrar silencios enmudecieron los tambores.
Sus ritmos mensajeros de historias y trabajos
quedaron atrapados en los raigones de la noche.
Como el río, el espíritu indio
no se resigna a su destino de llanura y mansedumbre
por los errantes recodos que invita el paisaje,
ni a sus distracciones seductoras.
Trabaja con paciencia los silencios,
la palabra, los sonidos
en cada una de sus criaturas
hasta que llegue la creciente
y la memoria del barro se desborde.
Marta Goddio-
|