A orillas de la carne
Recuerdo que hubo un día en que creíste
que la piel del silencio era de aire,
y sus voces formaban
un coro de fantasmas,
un idioma
de sílabas suicidas
que sueñan despeñarse
para verle los ojos
a la luz.
Entonces no sabías
que el silencio es la música
que emana de los cuerpos
cuando entornan
el tacto
y se desnudan.
Y dejan bien doblados los placeres
a orillas de la carne.
De: A orillas de la carne
Celia Bautista- |