Vengo de donde vengo
Vengo de una matriz avolcanada,
de la esperma febril de un altozano
con la costumbre indócil del milano
y con la sangre verde, aturbonada.
Vengo de donde vengo, asalvajada
sin directriz en reglas de lo humano;
donde siempre es mejor tender la mano
que tender los desiertos de la nada.
No esperes más de lo que soy. Apenas
un verso que se quiebra en las arenas
del vitral insondable que te evoca.
No esperes más que un esfingado gesto
cuando aparezca el sol tan maldispuesto
y se nos muera el alba entre la boca.
Laura Farías- |