Ella no era simple
La ciudad la contenía en un transitar perpetuo.
Los descansos eran breves en el albergue compartido.
Allí tenía un espacio reducido.
Entonces se transformaba en un saco de huesos amorfo
y el olor a encierro transformaba sus facciones.
Si hacía abstracción de todo podría recuperar
un poco de calor para su cuerpo al que debía volver
a exhibir afuera en el frío de la noche.
Sebastián Pablo Zanini- |