Río Mayo
Pequeño pueblito del sur,
puntito perdido en el mapa,
cuando puse mis pies en tu suelo
fue como pisar tierra santa.
Fue larga la travesía
siguiendo el rumbo que mi destino marcaba,
con mi bagaje de ilusiones a cuesta
el viento hacia ti me llevaba.
Tu nombre... Río Mayo
en mi mente retumbaba.
Mis libros, mi ropa, mi título de maestra
como único equipaje llevaba.
Tú me recibiste con los brazos abiertos
y me permitiste concretar
mi sueño más añorado,
ejercer como maestra rural
en tu Escuela Nº 36 con internado.
Extraordinaria experiencia
que nunca saldrá de mi corazón
aprendí que enseñar no es un arte,
sino un don,
donde el principal material didáctico
es el “corazón”.
Tu tierra me ha regalado
entrañables amigos,
oriundos de todos lados.
Costumbres, tonadas, bailes típicos
en las instalaciones del club
nos hermanaban.
Siempre había una ocasión
fiesta patria, navidad, año nuevo, procesión
festival de esquila, día del pueblo,
o sin ninguna razón,
nos albergabas a todos, sin discriminación.
Mi querido Río Mayo
Pueblito de Chubut amado,
tu nombre llevo grabado
a fuego en mi corazón.
Rodolfo Montenegro- |