¡Oh, Vida!

Quisiera devorar el aire de los parques,
escribiendo versos, recorriendo calles.
Tomar entre mis manos las frágiles flores
y mecerlas henchido de gloria y de fe.
Arrancar del alma los últimos lamentos,
endulzar oídos con trinos de pájaros,
perpetuar en los ojos la alegría
y en los labios la palabra divina.
Quisiera decirte que te amo, Oh, Vida!,
maravillosa Vida, que siento penetras
en mis poros y de fecundo vigor
llenas mi alma.
Oh, Vida!, permite que agradezca
el regalo que me haz dado,
para sentirte un corazón rosado,
para pensarte espíritu celeste.
Se llenan mis palabras de tu esencia,
nutriese el hombre de tu savia
y rasando el cielo el pico de una nube,
me saludas y yo te digo: Gracias!

Boris Bilenca-