Abril
Déjame de lejos contemplar,
tu hombro cálido y gris
que lleva una pena
en su andar.
Déjame de cerca mirar
tu sonrisa
dulce y triste
que enciende un destello
en mi mirar.
Déjame un instante mimar
tus manos,
trémulas, tibias,
como nido lejano
que mi mente no arroja.
¿Me dejas tan solo cobijar
mi alma en la tuya…?
¡Ahora que el trueno no aturde
ni el sol quema
ni la lluvia moja,
antes que el otoño lleve
la última hoja…!
Del libro Un Sol
Nilda Irma Milone-
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