De penumbras y poetas
Sosteniendo
una herida de rayuelas abiertas
en un jardín
donde los hongos crecen
junto a las flores del delirio
enciendo mi altar de palabras
con lápices
cianuro
aceite
y ciertas hierbas
mientras atrás
-en la ciudad-
se esconden
asesinos magos niños
absurdos dioses
que disuelven perdones
y más allá
entre olores de hollín
alcohol y grillos
muertos
desde una semipenumbra
un poeta descifra
el inocente dolor de los espejos
Any Lagos-
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