Libres recuerdos sobre la libertad
Era libre en la alegría,
era libre en la ilusión,
tenía en mi alma armonía
y amor en el corazón.
Vivía en un valle muy bello
para correr y jugar,
con un hermoso paisaje
que me enseñaba a soñar.
En otoño se labraba
la tierra para sembrar,
y en invierno las semillas
ya se veían brotar.
En la hermosa primavera
todo el campo florecía,
y en verano, ya maduros,
los frutos se recogían.
Y la gente se quería
sin temor al desengaño,
porque el odio no existía
ni se aprendía a hacer daño.
Araceli Conde Romero
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