Navegante de tu corazón
Por las aguas del deseo, tranquila, navego,
como un marinero con la cabeza bien erguida.
Pero en el tiempo nada parece moverse,
debido a que son las aguas
de tu corazón en vida.
La correntada no tiene sentido,
si no me amas como yo lo deseo.
Pero como siempre seguiré
en ese mar de agua pura,
que me traerá tu amor
de regreso sano y entero.
Natalia Fernández
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