Poemas

Al bandoneonísta del Sexteto Mayor, Héctor Libertella

 1934 – París 2004

 

libertella

En su envoltura de canto y de silencio

pasó en la abruma a la escena del alma

adonde triunfan las minas agoreras

y toman el champagne bebiendo un alto.

 

Y detrás de sus cadencias van sus trinos

dibujando a la sombra de la tarde

perdido va con su faja y sin cuchillo

mostrador tendero compadrito.

 

Muchacho pendenciero

se estiró en columpio de conventillo

bostezando una tarde de pelea

susurró al patrón y a la pebeta.

 

Le puso notas a las mesas y las patas

le puso notas a la luz de la esperanza

bostezó escalera de escarlata

correteando la pena trasnochada.

 

Fue el mismo en el vals y en la cabriola

lo vi pasar mateando con la suerte

y le aplaudí a rabiar como si un dique

de tango y pampa saliera de su falda.

 

Fue canyengue de potro y de la estera

y miraba entre telones de alumbrado

nos regalaba del pago la alborada

y de la mama el chal y la nostalgia.

 

Fue cansancio del sol y de la lluvia

fue caficho cimbrón de las barriadas

le dio a la cadera tiro y lado

y al barrilete lo apresó en la luna.

 

Fuiste alfalfa potrero y puente nuevo

chiquilín de noches sojuzgadas

fuiste el camdombe del hijo y de las tabas

serás el sol que luce en la mañana.

 

Sos vos, bandoneón, quien con el tango

sentado en la avenida solitaria

recordarás el sonar de sus pisadas

y en cada llanto tibio revivirás su llama.

 

Marta Zabaleta- Londres, 8 de diciembre 2004

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