La ciudad duerme,
todo está en silencio
la noche deja sus huellas
y la madrugada espera.
Pero allí está la vida
las luces palidecen
con la densa neblina
que a ella la envuelve.
Las hojas de los árboles
guardan el rocío de la noche
y un polvo inmenso
se levanta en las calles asfaltadas.
El ruido ensordecedor de los carros
anuncian que se acerca un nuevo día,
con el amanecer palpita el corazón
de todo el pueblo.
Un movimiento armónico
se escucha por todas partes,
se apagan las luces multicolores
suenan las sirenas de las fábricas
anunciando que se acerca un nuevo día,
lleno de victoria y amor.
Orlando del Río Aguilera-
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