Poemas

La alegría que pasa

Tal vez sea sólo un arroyo de melancolía,
el que fluye como un arado sobre mi duro y viejo cuero,
el que corta y abre lo que es tierra reseca a su paso,
así la riega y la despierta de un largo descanso.
Tal vez sea sólo eso,
porque una tarde me puse a dormir
y no estoy seguro de haber amanecido.

Tal vez sea sólo la coqueta luz de esta mañana,
como una mujer joven y hermosa,
la que impulsa con nueva juventud la cansada sangre de mi cuerpo,
la que camina conmigo hacia futuros olvidados.
Tal vez sea sólo eso, o ni siquiera.
Porque un día quise olvidar
y no estoy seguro de cuánto borré con mi mano en la arena.

Tal vez sea siempre pasajero,
este abrazo amante que de pronto acosa a mi espíritu,
lo acosa y lo toma y lo une y lo descuartiza luego.
Porque pareciera que ya no volveré a amar a los hombres
cuando acabe de escribir esto:
cuando se acabe la música,
cuando se seque el arroyo,
y se me olvide el futuro.
Y tal vez sólo la poesía pueda domesticar a un lobo,
en un mundo donde reinan los hombres.
Tal vez sea sólo eso.
Porque siempre ha sido así
y no estoy seguro de que haya cambiado.

José Antonio Mena- Santiago de Chile

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