Poemas

Al acecho

Nunca Dalia advirtió lo mucho que la amaba/
Dalia era un verso delicado de otoño/
Era ella capaz de hacer gemir /gozosa /
a la alfombra en cada paso que la contuviera/

Pero no se fijó cuanto YO la adoraba//

Nunca supo quién era el que escribía su nombre
en las pareces sucias de su barrio
con un rojo crispado y desnudo de vergüenza/

Nunca se detuvo a leerlos/
Nun-ca/

Jamás escucho el beso misterioso/
que todas las noches golpeaba suave su puerta
inmaculando su adorable recinto nocturno/

Tampoco se detuvo a oler las flores
las mismas que llevan su nombre
las que yo arrojaba en su camino
todas las tardes de regreso a su casa

Nunca Dalia advirtió lo mucho que la amaba/

De haberlo sabido
nunca hubiera dejado que la acompañase aquella noche/
la noche misma en que llevaba/
oculto entre mis ropas/
un cuchillo

Ignacio Saúl-

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *