Poemas

Una tarde de otoño

Mirá bien alto, que viene la sorpresa.

Levanto los ojos y miro, y busco.

Y busco, y miro. No encuentro nada.

Tranquilo Cesarín, que ya llega.

Y vuelvo a mirar, con ansiedad de niño

que desea un regalo del cielo.

Ya viene, ya viene, dice mi abuelo.

Y salto otra vez, abro los brazos,

como un crucifijo enrevesado.

De pronto, golpe a golpe,

la pelota de caucho rebota por el tejado,

bailotea entre canaletas

y cae, como un relámpago,

entre mis manos.

Al abuelo Miguel, i.m.

 

César Biss

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *