Dime amada mía,
acaso debo buscar
en el vaivén de las olas
ese sentimiento
que me consume,
o en las ondulaciones
provocadas por el viento
causando risas furtivas,
buscando desalojar
la pasión que corroe mi alma
para decirte
cuánto te amo.
Como las olas
derramaré mi torrente
de caricias
para demostrarte mi amor,
para expresarte
mis sentimientos
que no dejan de danzar
al ritmo de este frenesí
que me agobia.
Ay, amada mía,
confío en que las olas
danzarán igual que yo
hasta alcanzar tu amor.
Ricardo Ponce Castillo-