Poemas

IV

Los signos me acompañan

mis extraños amigos

fieles a una desconocida arquitectura

a la que estoy uncida desde el hueso.

Me miran rostros, pájaros, ramajes,

altas constelaciones.

Una piedra sellada por la música

es un signo de amor indescifrable.

Siento el pavor de un reino que no me pertenece

pero busco sus huellas.

Señales, talismanes,

estamos anudados por un pacto secreto.

 

Graciela Maturo-

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