Poemas

Sí, por supuesto duele

Sí, por supuesto duele

Sí, claro que duele al romper los capullos.

¿Y por que habría de temblar la primavera?

¿Por qué toda nuestra ardiente añoranza

en helada palidez amarga se uniera?

Si todo el invierno estuvo cubierto, ¿qué pudo

de nuevo traer lo que estalla la tierra?

Sí, claro que duele al romper los capullos,

duele por lo que crece

y por lo que encierra.

Sí, es duro el caer de las gotas.

Pesadamente cuelgan y de miedo, temblorosas,

se pegan al vástago, crecen, rolan –

el peso tira hacia abajo, pero siguen las notas.

Es duro ser incierto y temeroso, escindido,

duro sentir como el abismo llama y atrae,

sentarse de pronto y apenas temblar –

es duro querer quedarse

y querer caer.

 

Entonces, cuando empeoran las cosas y no hallan

ayuda los brotes para romper en su júbilo.

Entonces, cuando ningún miedo ya retiene,

en resplandor caen y se hunden del vástago las gotas

olvidan que han sido espantadas por lo nuevo

olvidan su miedo antes del vuelo desplegado –

por un segundo sienten la seguridad suprema,

en la confianza quedan

que ha creado el mundo.

 

Karin Boye

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