Hablar de amor,
pero a destiempo sin la pasión sobrevolando.
Extender la memoria igual a un mapa
sobre la superficie de su piel.
Sin aliento, sin previo aviso
echar a andar por la cartografía de su alma,
descubriendo olores y texturas.
En silencio,
como en trance, igual a un niño que explora
los misterios y los miedos olvidando los juegos
los altos desafíos.
Así puedo presentirlo
ver el azul de su mirada, la firme pisada
de su andar, compartir sus fobias y temores.
Su perfume se queda en mi estar,
el sonido de su voz en mis silencios
que sabe a promesas y susurros
haciendo de mi mundo un paraíso.
Victoria Asís-