Poemas

El retrato

Me hiere tu silencio

brevemente cubierto

de laureles. Todavía

te miro como a una sombra

que se divide, a veces,

en fragmentos milenarios:

aquí la nube, allá

el vacilante aroma de la tierra.

 

Paso a paso, naufragando

detrás de cada muro,

acontece mi sueño, renacido

entre semillas cotidianas;

paso a paso. Manchas, flores

de grave claroscuro. Noble desierto

en que se pierden los exilios

numerosos; en que los enigmas

desbordan el cauce de la carne

y sollozan una vaga muerte

de aire macizo. Espejos

que se vuelven puntas de fuego.

Laberinto…

Todas las señales

presagian el hondo amanecer alado.

 

Pero tu voz no llega.

 

Jaime García Terrés-

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