Simplemente la vida es un trofeo
donde el cuerpo envejece haciéndose humo
en dos letras de ayeres bien resumo
lo que mi pecho hoy guarda en camafeo.
Y no busco que el mundo en mis tropiezos
ponga a mis pies las luces del mañana
porque se que al mirar por la ventana
se han de arrojar los llantos y los rezos.
Llorando amanecemos en la luz
a veces confundimos el trayecto
cuando la mano que guía yace enferma.
Tropezamos y el objetivo merma
más el camino aunque sea incorrecto
nos mostrará la senda en el trasluz.
Rossana Arellano Guirao-