Cada mañana
tengo que repetirme que la muerte
es este sol que alumbra los rincones,
que rebulle el espíritu
y me desnuda el corazón de harapos.
Cada mañana
sacudo las alfombras de la angustia,
pinto de azul los miedos de la noche
y abro de par en par
las puertas a la vida…
Pedro Javier Martínez-