Tira sólo una moneda
para probar al azar…
En la fuente del deseo
que todo te quiere dar…
Pídele tres intenciones
de tu mayor ilusión
y la dádiva más bella
guárdala en tu corazón.
Y si te ofrece del oro
fortuna, fama y poder;
elige para tu alma
el amor de una mujer.
Y no lo cambies por nada
no entregues tu corazón
al vano dios del dinero.
Eso, ¡no tiene perdón!
Tu amor será tan hermoso
que no tendrá parangón;
será un bálsamo de vida,
verbo, cáliz y perdón.
Nacerá como una rosa
en su simpleza de flor
y en los altares del alma
será tu voz interior.
El amor es generoso
porque nació para dar.
Recíbelo en alegría
y sabrás lo que es amar.
Quizás en una mirada,
en un rostro de mujer,
o en un beso enamorado
sentirás tu renacer.
Ella será… brisa y lluvia,
mansedumbre que apacienta,
cántaro de agua viva
para tu alma sedienta,
oasis de tu desierto,
el norte del buen camino,
espiga que te sustenta
en vida, suerte y destino.
Será preciado tesoro,
de tus caudales fortuna,
será el mayor de tu vida
y como ella, ninguna.
Apresúrate… ya es tarde.
El tiempo vuela fugaz…
podrás negarte a su amor
pero no amarla… ¡Jamás!
Clara Mizrahi-